Turquía se ha convertido en el centro de las miradas del mundo por motivos políticos y geoestratégicos, pero no hay que olvidar que es un país joven que busca una realidad nueva, creativa, excitante, y no convertirse en cárcel y tapón del flujo de refugiados. La exposición “Istanbul. Passione, gioia, furore”, que hasta mayo se puede visitar en el MAXXI de Roma, refleja muy bien esa multiplicidad de expresiones que ahora conviven en Turquía y la inmensa vitalidad de un país grande y con una población apasionada que tiene la vista puesta en un futuro creativo que no entendería de límites físicos.
El comisario de la muestra, Hou Hanru ha contado con la colaboración de Ceren Erdem, Elena Motisi y Donatella Saroli, y partiendo de la protesta que en 2013 ocupó el parque de Gezi en la plaza de Taksim para evitar un proyecto de gran centro comercial en el centro de Estambul, han construido la exposición en torno a cinco grandes temas: Transformaciones urbanas; Conflictos políticos y resistencia; Modelos innovadores de producción; Urgencias geopolítica; Esperanza.
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